En lo extraordinario de tu calidad humana radica tu ser. Para ser tan joven me habéis dado la oportunidad de conocer mundo y otras culturas. Sitios, gentes distintas y tan distintas. Más de media España y más de media Europa. Y después de tanto rincón mágico y tanta anécdota recordada con cariño, me doy cuenta de que jamás ha existido alguien como tú en todo el globo y seguramente en parte de la galaxia. Tu carisma, tu capacidad para conectar con la gente y servirte de ello para darle alas, ánimo, respeto y amor de una forma totalmente altruista, porque "el qué más tenga que más de" que me decías. Porque tu siempre me dabas lecciones de vida mediante el refranero español y por ello te estaré eternamente agradecido. Créeme si te digo que me acuerdo de todos y cada uno de ellos, de hecho cada día vivo situaciones que me evocan al día en que me recitaste el refrán que daba sentido a esa situación. También me enseñaste a ser justo y honesto, a respetar para ser respetado, a querer y arropar a los míos cuando hace falta, ya que ellos hacen lo propio cuando tu los necesitas. Me enseñaste que hay que tener amigos hasta debajo de las piedras, y no por interés, sino porque así el día a día se hace más llevadero y bonito si tienes la oportunidad de compartir parte del camino que es tu vida con un amigo fiel, que te quiera, te valore, te respete y no tenga miedos ni reparos en darte una colleja cuando sea necesario. Me enseñaste a ser un hombre, que se viste por los pies, a respetar y tratar de manera especial a las mujeres, ya que bastante tienen en este mundo como para encima no tratarlas como se merecen. Aprendí lo importante del trato humano, el transmitir casi más mensajes con el como hablar más que con el qué hablar, porque el diablo está en los detalles.
Me sirves de ejemplo cada día de mi vida, porque te veo por todas partes y siempre que tomo una decisión me reservo un minuto para pensar en que me dirías tu en ese caso, y así actúo en consecuencia. He pasado una mala época porque no soportaba verte sufrir porque de verdad creo que si alguien en el planeta se merecía un indulto divino ese eras tu, pero eso quedó atrás. Es hora de que de un paso hacia delante, de que me reafirme en mis convicciones y le plante cara a la vida. Voy a demostrarle al mundo quién es Alejandro Gambín Gomis, tu hijo, fruto del amor que siempre os tendréis mamá y tu. Y se que lo haré porque si para algo me has preparado en la vida es para los momento duros, los mas jodidos porque para lo fácil siempre me invitaste a ser autodidacta, y también te doy las gracias por ello, porque este espíritu curioso y hambriento de conocimiento que tengo es fruto de ello.
No digo que vaya a ser fácil ni rápido, pero saldremos adelante, porque aunque no podamos decir que "en peores plazas habremos toreado" también nos enseñaste a superarnos y sobredimensionarnos.
Fue una pasada lo que ocurrió en tu velatorio, hubieras flipado si hubieras visto la ingente cantidad de gente que por mucho o poco que te conociera quiso despedirse de ti y darnos su apoyo en los momentos mas duros. Porque eres como la cerveza San Miguel, por donde vas triunfas. Espero que estés donde estés ya tengas animo para coger un micro y ponerte a liar una buena fiesta, porque eso es lo que ha sido mi vida junto a ti, una fiesta de luces de colores, canciones de Rock de los 70 y 80s, donde aunque un día fuera mal seguro que al siguiente iría mejor. Por cierto si te los encuentras dale recuerdos a los grandes: Elvis, Jendrix, Lennon, Joplin, Scott...
Diles que te escriban una rapsodia a la altura de tu vida, donde sobre todo impere el cariño y el amor que siempre has derrochado. Y si tienes la oportunidad de cantarte el New York, New York con Frankie ojos azules dale caña al la la la la lá.
Cuida de los nuestros donde quiera que estéis, porque yo haré lo propio en la tierra, tu mujer tu madre y hermanas estarán bien. Difundiré tu mensaje por allá donde pise con la cabeza alta y tratare de seguir tu legado de la mejor manera posible. Ojalá pueda transmitirle a mi prole la mitad de lo que tu me enseñaste a mí porque así el mundo será un poquito mejor.
Me da mucha rabia que te vayas a perder mil cosas que aún te tenía reservada la vida, como el ascenso del Hércules o la Décima del Madrid, pero sobre todo mi graduación y el nacimiento de tus nietos. Aunque no te preocupes porque cuando cada una de esas cosas pasé haré como Kaká cuando celebra un gol, pulgares al cielo y dedicado a ti con todo mi respeto y admiración.
Siempre te tendré en mi corazón y en mi memoria y quiero que sepas una cosa: te quiero más que ayer pero menos que mañana.
Lo último que te pido es que seas feliz y no cambies nunca porque seguro que allá donde estés harás falta.
Te quiere con devoción, tu hijo, Alejandro.
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