BUÑUELOS

El día 18 de marzo, como es costumbre por estas tierras, en casa de los Gambin-Gomis, se hacen buñuelos y chocolate; es una tradición que viene de mi padre. Como hace más de cinco años que ya no está con nosotros, intento seguir con las buenas costumbres y de paso nos acordamos más si cabe de Elier, "el yayo" (para sus nietos,Isabel, Marcial, Angela, Sara, Barbara y Alex) del cual he heredado mucho y bueno, algo malo seguramente que también; pero mi padre era sobretodo, como dice Antonio Machado, era en el buen sentido de la palabra bueno; no me quiero poner excesivamente nostálgica; pero he de decir, que todo el mundo que me habla de él, lo recuerda agradablemente.

Os paso la receta que hacía:
Ingredientes: Agua (templada, para disolver la levadura), harina de horno, levadura, rapadura de limón, leche y una pizca de sal, azúcar para espolvorearlos y si se quiere canela (para mezclar con el azúcar), esto es opcional, particularmente no lo hacemos, pero ya se sabe contra gustos.

Deshacer la levadura en el agua y la leche, añadir el limón, ir añadiendo la harina poco a poco mezclando con las manos, hasta obtener una masa más o menos ligera, ni clara y muy espesa (parecido a la masa de las crepes), tapar con un paño y dejar que suba más o menos 1 hora; cuando la destapemos vemos que tiene burbujas, es el momento de darle unas vueltas suaves con una cuchara y dejar reposar otro rato tapado, pasado ese tiempo vemos como si fuera una mouse, y es cuando está lista la masa para freír. En una sartén gazpachera o en freidora como se prefiera se pone bastante aceite, nosotros lo preferimos de oliva virgen extra, cuando esté caliente, freírlos, nosotros los hacemos con la buñolera, dorarlos y ponerlos en una fuente, en la que le pondremos papel absorvente, luego se pasan a fuente o plato grande y se acompañan con el azúcar.
Para rematar la cena hacemos un buen chocolate a la taza.
¡A la porra la dieta!, tropecientas mil calorías, pero ¡están tan buenos!.